Empezaré por el análisis de un texto bastante singular. Es una obra de
"práctica" y de vida cotidiana; no es un texto de reflexión o de prescripción
moral. Es el único texto, entre los que nos quedan de aquella época, que
presenta una exposición un poco sistemática de las diferentes formas posibles
de actos sexuales; a propósito de estos actos, no expresa en general de
manera directa y explícita juicios morales; pero deja ver esquemas de
apreciación generalmente aceptados. Y se puede comprobar que éstos están muy
cerca de los principios generales que organizaban ya, en la época clásica, la
experiencia moral de las aphrodisia. El libro de Artemidoro constituye pues
un punto de referencia. Da testimonio de una perennidad. Atestigua una
manera corriente de pensar. Por este mismo hecho, permitirá medir lo que
pudo tener de singular y de parcialmente nuevo, en la misma época, el trabajo
de reflexión filosófica o médica sobre los placeres y sobre la conducta
sexual. (Fragmento del primer capítulo titulado "Soñar con los propios placeres).
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