SOBRE LA VIOLENCIA (Hannah Arendt)


Estas reflexiones han sido provocadas por los acontecimientos y debates de los últimos años, vistos en la perspectiva del siglo xx que ha resultado ser, como Lenin predijo, un siglo de guerras y revoluciones y, por consiguiente, un siglo de esa violencia a la que corrientemente se considera su denominador común. Hay, sin embargo, otro factor en la actual situación que, aunque no previsto por nadie, resulta por lo menos de igual importancia. El desarrollo técnico de los medios de la violencia ha alcanzado el grado en que ningún objetivo político puede corresponder concebiblemente a su potencial destructivo o justificar su empleo en un conflicto armado. Por eso, la actividad bélica -desde tiempo inmemorial arbitro definitivo e implacable en las disputas internacionales- ha perdido mucho de su eficacia y casi todo su atractivo. El ajedrez «apocalíptico» entre las superpotencias, es decir, entre las que se mueven en el más alto plano de nuestra civilización, se juega conforme a la regla de que «si uno de los dos "gana" es el final de los dos»1 ; es un juego que no tiene semejanza con ninguno de los juegos bélicos que le precedieron. Su objetivo «racional» es la disuasión, no la victoria y la carrera de armamentos, ya no una preparación para la guerra, sólo puede justificarse sobre la base de que más y más disuasión es la mejor garantía de la paz. No hay respuesta a la pregunta relativa a la forma en que podremos ser capaces de escapar de la evidente demencia de esta posición. (Fragmento del primer capítulo).

Descargar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Deja tu comentario