EPÍSTOLAS MORALES A LUCILIO I (Séneca)


1) Epístolas destinadas a la publicidad. - Aunque esta aseveración resulta obvia, queremos con ella resolver, por cuanto tiene de clarificadora, la cuestión que pudiera plantear la diferencia establecida por Deissmann entre litterae y epistulae, correspondiente a la tradicional entre literae priuatae y litterae publicae. Para nosotros «cartas» y «epístolas». Las primeras van dirigidas a una persona singular o círculo de personas -pudiera ser un ente jurídico para ser mantenidas en secreto; las motiva una ocasión concreta que deben conocer los comunicantes para interpretarlas debidamente, y responden a un momento de la vida privada más o menos trascendental. No sólo el contenido se refiere a temas personales e íntimos, sino que hasta la forma debe ser coloquial, empleando normalmente el lenguaje familiar de cada día. Las epístolas, en cambio, aun cuando vayan dirigidas a una sola persona, por su propia índole están destinadas a divulgarse entre un amplio número de individuos que puede llegar al máximo posible, y donde la ocasión concreta que motiva la comunicación, aunque exista realmente, queda diluida, como producto del arte, entre los ornamentos de la ficción literaria. Así, según Deissmann, deberíamos hablar de litterae o Cartas de Cicerón y de Epístolas de Séneca. Estas últimas constituyen un verdadero género literario. Insistiendo más aún en esta diferenciación, en orden a descubrir mejor el carácter de las epístolas de Séneca, distingue Scarpat dos grandes categorías de misivas: las privadas, dirigidas a una persona o grupo determinado, como medio de simple comunicación: informan al amigo de un suceso, participan de su alegría o le consuelan y animan en la adversidad; y aquellas otras que, si bien dirigidas a una persona determinada, tratan de problemas doctrinales, filosóficos o morales que interesan a un público mucho más vasto. (Fragmento de la introducción escrita por Ismael Roca Meliá).

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