Abelardo (1072-1142) pertenece por su actividad al siglo XII. Para comprenderlo
conviene tener presente las principales características de su siglo.
Huizinga afirma que "el siglo XII fue una época de inigualada capacidad creadora y
formadora". Chenu y Vignaux no dudan en considerarlo un siglo de renacimiento dentro de
la Edad Media. Y para Gilson el siglo XII es un siglo de "fermentación espiritual y de
humanismo religioso". "Nuevas formas de contacto social más activas se habían desarrollado en las ciudades que
cubrían toda la extensión de occidente (viejas ciudades que de nuevo florecían y otras de
reciente formación) Organizáronse nuevas órdenes: paralelamente a las vastas y antiguas
abadías de San Benito se fundaron monasterios de cartujos y de agustinos, de cistercienses y
premostatenses. La expansión agraria interna y la colonización de las regiones periféricas
amplió el ámbito europeo. La caballería y el ascetismo se fusionaron en el ideal de la
sagrada orden caballeresca, tanto en el este como en el oeste.” "El siglo XII -como dice
Gilson- presenció el extraordinario desarrollo de los cantares de gesta, la ornamentación
escultórica de las abadías cluniacenses o borgoñonas, la construcción de las primeras
bóvedas góticas, el florecimiento de las escuelas y el triunfo de la dialéctica." Tal es el
siglo de Abelardo visto por sus más prestigiosos historiadores. (Fragmento del estudio preliminar escrito por José María Cigüela).
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