El Diccionario Expositivo del Antiguo Testamento será una herramienta útil en las
manos del estudioso con escasos conocimientos de la lengua hebraica. Le abrirá tesoros de
la verdad que a menudo se encuentran enterrados dentro del idioma original del Antiguo Testamento, a veces cerca de la superficie y otras profundamente empotrados bajo la
superficie.
El investigador conocedor de hebreo hallará de gran utilidad el Diccionario Expositivo
como libro de consulta. Y el estudioso que desconoce la lengua podrá experimentar una
satisfacción muy particular al usar esta herramienta para excavar las verdades que están en
la Biblia hebraica, verdades que de otra manera no le serían accesibles.
Por supuesto que no se necesita conocer el idioma hebreo para ser un estudiante serio
del Antiguo Testamento. Las traducciones modernas de la Biblia y los comentarios bíblicos
son muy valiosos y tienen su lugar en el estudio bíblico. Con todo, un libro de consulta que
esclarece la lengua en que fue revelado y escrito el Antiguo Testamento tendrá un valor
muy evidente, incluso para quienes no conocen el idioma. El hebreo, la lengua escogida por Dios para registrar las profecías acerca de Cristo,
posee admirables cualidades para realizar este cometido. El idioma tiene una cualidad
singularmente rítmica y musical. Su literatura poética está dotada de una notable nobleza y
dignidad de estilo, lo cual, junto con su viveza, le permite ser un vehículo particularmente
eficaz para expresar las verdades sagradas. Los conceptos que están por detrás de su
vocabulario le imparten su carácter vivaz y pintoresco. (Fragmento del prólogo escrito por Merril F. Unger),
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